Construir proyectos frente al mar es una de las mejores experiencias para un arquitecto. Es en este lugar donde la arquitectura en sí cobra su protagonismo esencial, pero todavía lo cobra aún más su entorno; un entorno fresco y envolvente que logra asombrar a cualquiera. Pero por muy hermoso que pueda sonar, el crear proyectos en estos ambientes conlleva un gran reto debido a sus condiciones climáticas.

En un entorno tan exigente como lo es la costa, los materiales juegan un papel importante a la hora de garantizar que un proyecto sea 100% óptimo. Los arquitectos deben tener claras las condiciones con las cuentan al momento de determinar qué material es el que quieren utilizar como punto rector en su proyecto.

Elegir de manera correcta los materiales va más allá del aspecto exterior, ya que estos deben cumplir con su misión sin afectar al proyecto. Es por eso que el arquitecto debe analizar muy bien todos los elementos que serán determinantes para cumplir las expectativas del cliente, tanto de funcionalidad como de aspecto.

En este punto entra en juego unos de los conceptos que tuvimos la oportunidad de conocer en entradas anteriores: nos referimos al interiorismo. Como podemos recordar este concepto nos ayuda a encontrar esa armonía entre los elementos interiores y exteriores, dando así un toque único al desarrollo del proyecto.

En próximas entradas podremos conocer más acerca de la arquitectura en lugares paradisiacos como las playas, así como los retos que implica para un arquitecto el desarrollo de proyectos en estos lugares.