Continuamos con una nueva entrada para este blog, por y para el arquitecto. Hasta el momento hemos tenido la oportunidad de conocer profesionales de diferentes estados de nuestra república, cada uno de ellos nos ha compartido su experiencia y la manera en  que trabajan dependiendo del proyecto que tengan en manos.

En próximas entradas, conoceremos un poco más acerca de esta noble profesión desde la voz de diferentes arquitectos, en esta ocasión, de la ciudad de Cancún. Recapitulando un poco y también entrando en el tema de la semana, hablaremos acerca de la forma en que todo proyecto comienza.

En primer lugar, antes de iniciar cualquier proyecto, debemos comenzar una plática entre el arquitecto y el cliente; en ese primer acercamiento lograremos vislumbrar la visión y expectativas que se tienen, en ella se revisarán todos los factores que pueden influir en construcción, presupuesto, distribución y estilo.

Una vez que el arquitecto tiene claro lo que su cliente desea, es momento de aterrizar la manera en que toda esa idea cobrará vida, con esto nos referimos a los materiales que se planean usar concorde a las condiciones del terreno (ubicación, extensión, suelo, clima, entre otros).

La importancia de los materiales radica en el objetivo final. En una ciudad como Cancún, también se toman en cuenta materiales naturales que cumplan a la perfección con los requerimientos del clima y su ambientación. En nuestros días, una de las tendencias más fuertes es la de crear edificaciones y estructuras capaces de ser sustentables.

Lograr una armonía entre el objetivo del cliente, la funcionalidad de la estructura y los factores externos, no es tarea sencilla; pero es una de las más satisfactorias para un arquitecto. Todo proyecto deja, además de experiencia, un recuerdo vivo capaz de ser apreciado.